Sunday, January 22, 2012

Marcuse estaba equivocado

Aunque fue un ideólogo importante del movimiento contracultural de los 60, Herbert Marcuse parece que nunca vislumbró su enorme potencial

Supuestamente el sistema que oprime a los trabajadores, también reprime la psique de l@s ciudadan@s con afan de someter y controlar.

Suena bien.
Es unir la teoría marxista con Freud para lograr una general de la liberación del todo.

No entendió que consumo y liberación sexual van de la mano.
El placer y la felicidad son la base libidinosa del consumo actual.
post contracultural y desatado





que hace entonces sino un bolsa de tienda de ropa, en la mesa donde un día antes una familia celebró la Navidad alegremente.

Es la Revolución que entró por los sentidos y al final se instaló en nuestras mentes consumistas

Wednesday, January 04, 2012

Riesgo Moral 6. El plan econòmico de Rajoy

Mariano Rajoy inciò su periodo al frente del gobierno español con una serie de recortes de gasto, en salarios y subsidios a los Comunidades Autonómicas.

Esta bien.
Antes gastaron y casi duplicaron la deuda pública en 4 años con el objetivo de incentivar la economìa, cosa que nunca pasò.

Sòlo taparon hoyos.

Lo que nunca dijo en la campaña es que en realidad sì tenìa planeado aumentar la deuda y el gasto.
No para hacer infraestructura o crear empleos directos

sino para rescatar a los bancos con un programa que intenta dar la apariencia de ser neutro y necesario.

En realidad podràn gastar hasta 2 veces el PIB, los banqueros seguiràn pidiendo màs "apoyos" y la situaciòn seguirà manteniéndose como un edificio cada vez màs derruido al que se gastan cantidades milloarias para apuntalarlo para evitar lo inevitable en vez de dejarlo caer y hacer otro nuevo

¿ es ètico que en un democracia el gobierno tome decisiones sin haber consultado o avisado al menos a sus ciudadanos ?
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Rajoy aprueba avales de 100.000 millones para la banca en el decreto de ajuste

La garantía cubrirá el principal y los intereses en caso de impago de nuevos bonos.- Las entidades prefieren financiarse con el fondo de rescate europeo
MIGUEL JIMÉNEZ | Madrid 01/01/2012


El decreto ley de prórroga de los Presupuestos que incluye duras medidas para los contribuyentes como la subida del IRPF y del IBI trae también dos buenas noticias para la banca. La primera es la posibilidad de que las cajas de ahorros eviten quedar convertidas en fundaciones si pasan a controlar menos del 50% del capital del banco con el que ejercen la actividad financiera. La segunda es la autorización al Estado para otorgar avales de 100.000 millones de euros a la banca durante el año recién comenzado.


Rajoy cambia la ley para evitar que muchas cajas pasen a ser fundaciones
La mitad de los jubilados perderá poder adquisitivo con el ajuste de Rajoy
Rajoy suprime la aportación a los planes de pensiones de los funcionarios
Rajoy aprueba el mayor recorte de la historia y una gran subida de impuestos
Las medidas, una a una
Mariano Rajoy Brey

A FONDO
Nacimiento: 27-03-1955 Lugar: Santiago de Compostela BCE
(Banco Central Europeo)

A FONDO
Sede: Francfort (Alemania) Directivo: Mario Draghi (Presidente)
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Banco de España


A FONDO
Sede: Madrid (España) Directivo: Miguel Ángel Fernández Ordóñez (Gobernador)
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Esos 100.000 millones servirán para el otorgamiento de avales a las "emisiones de bonos y obligaciones nuevas que realicen las entidades de crédito residentes en España con una actividad significativa en el mercado de crédito nacional", según el texto de la norma. El aval garantizará tanto el principal de la emisión como los intereses ordinarios.

Por error, el decreto atribuye al "ministro de Economía y Hacienda" (ahora hay un ministro de Economía y otro de Hacienda) fijar los requisitos para la concesión de los avales, entre los que podrá haber condiciones de solvencia establecidas por el Banco de España, así como el procedimiento para otorgar los avales y las comisiones que se cobrará por ellos a la banca.

El otorgamiento de avales públicos a la banca ha sido una práctica común de los Gobiernos europeos, entre ellos el de José Luis Rodríguez Zapatero, durante la crisis financiera ante la desconfianza de los inversores en el sector financiero. Se usaron con abundancia en la primera fase de la crisis financiera, pero cuando esta se convirtió en una crisis de la deuda pública, en países como España dejaron de tener utilidad debido a su coste prohibitivo (el precio del aval más la prima de riesgo del avalista).

Ante la sequía de los mercados de financiación mayorista ha sido el Banco Central Europeo el que ha asumido todo el protagonismo para la financiación de la banca. En la subasta realizada el mes pasado a un plazo de tres años, prestó a los bancos de la eurozona casi medio billón de euros.

Para los bancos, ese recurso al BCE es mucho más barato que el del aval público de las emisiones, por lo que podría ocurrir que eso avales no fueran finalmente utilizados.

Además de los 100.000 millones para la banca, el decreto de prórroga de los presupuestos prevé también avales de otros 3.000 millones para fondos de titulización de activos y de 92.543 millones para el fondo de rescate europeo.

que Keynes tenia razòn

No encuentro ningùn argumento serio para afirmar que el gasto de ahora en exceso tendrà efectos positivos netos en el crecimiento.

Las tasas de descuento de los consumidores, y de rendimiento del gobierno son muy bajas

El costo de gastar ahora serà entonces una enorme ancla al crecimiento futuro.
Las perspectivas de los paises que se endeudaron y gastoron en estos ùltimos 3 años vs. lo emergentes que no lo hicieron es bastante contundente.


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Keynes tenía razón
PAUL KRUGMAN 03/01/2012

"La expansión, no la recesión, es el momento idóneo para la austeridad fiscal". Eso declaraba John Maynard Keynes en 1937, cuando Franklin Delano Roosevelt estaba a punto de darle la razón, al intentar equilibrar el presupuesto demasiado pronto y sumir la economía estadounidense -que había ido recuperándose a ritmo constante hasta ese momento- en una profunda recesión. Recortar el gasto público cuando la economía está deprimida deprime la economía todavía más; la austeridad debe esperar hasta que se haya puesto en marcha una fuerte recuperación.


Goldman Sachs aprueba el ajuste del Gobierno pero advierte de su impacto sobre el crecimiento
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Recortar el gasto público cuando la economía está deprimida deprime la economía todavía más
Por desgracia, a finales de 2010 y principios del 2011, los políticos y legisladores en gran parte del mundo occidental creían que eran más listos, que debíamos centrarnos en los déficits, no en los puestos de trabajo, a pesar de que nuestras economías apenas habían empezado a recuperarse de la recesión que siguió a la crisis financiera. Y por actuar de acuerdo con esa creencia antikeynesiana, acabaron dándole la razón a Keynes una vez más.

Lógicamente, al reivindicar la economía keynesiana choco con la opinión general. En Washington, en concreto, la mayoría considera que el fracaso del paquete de estímulos de Obama para impulsar el empleo ha demostrado que el gasto público no puede crear puestos de trabajo. Pero aquellos de nosotros que hicimos cálculos, nos percatamos, ya desde el primer momento, de que la Ley de Recuperación y Reinversión de 2009 (más de un tercio de la cual, por cierto, adquirió la relativamente ineficaz forma de recortes de impuestos) se quedaba demasiado corta teniendo en cuenta la gravedad de la recesión. Y también predijimos la violenta reacción política a la que dio lugar.

De modo que la verdadera prueba para la economía keynesiana no ha provenido de los tibios esfuerzos del Gobierno federal estadounidense para estimular la economía, que se vieron en buen parte contrarrestados por los recortes a escala estatal y local. En lugar de eso, ha venido de naciones europeas como Grecia e Irlanda que se han visto obligadas a imponer una austeridad fiscal atroz como condición para recibir préstamos de emergencia, y han sufrido recesiones económicas equiparables a la Depresión, con un descenso del PIB real en ambos países de más del 10%.

Según la ideología que domina gran parte de nuestra retórica política, esto no debía pasar. En marzo de 2011, el personal republicano del Comité Económico Conjunto del Congreso publicó un informe titulado Gasta menos, debe menos, desarrolla la economía. Se burlaban de las preocupaciones de que un recorte del gasto en tiempos de una recesión empeoraría la recesión, y sostenían que los recortes del gasto mejorarían la confianza del consumidor y de las empresas, y que ello podría perfectamente inducir un crecimiento más rápido, en vez de ralentizarlo.

Deberían haber sido más listos, incluso en aquel entonces: los supuestos ejemplos históricos de "austeridad expansionista" que empleaban para justificar su razonamiento ya habían sido rigurosamente desacreditados. Y también estaba el vergonzoso hecho de que mucha gente de la derecha ya había declarado prematuramente, a mediados de 2010, que la de Irlanda era una historia de éxito que demostraba las virtudes de los recortes del gasto, solo para ver cómo se agravaba la recesión irlandesa y se evaporaba cualquier confianza que los inversores pudieran haber sentido.

Por cierto que, aunque parezca mentira, este año ha vuelto a suceder lo mismo. Muchos proclamaron que Irlanda había superado el bache, y demostrado que la austeridad funciona (y luego llegaron las cifras, y eran tan deprimentes como antes).

Pero la insistencia en recortar inmediatamente el gasto siguió dominando el panorama político, con efectos malignos para la economía estadounidense. Es verdad que no hubo ninguna medida de austeridad nueva digna de mención a escala federal, pero sí hubo mucha austeridad "pasiva" a medida que el estímulo de Obama fue perdiendo fuerza y los Gobiernos estatales y locales con problemas de liquidez siguieron con los recortes.

Claro que, se podría argumentar que Grecia e Irlanda no tenían elección en cuanto a imponer la austeridad, o, en cualquier caso, ninguna opción aparte de suspender los pagos de su deuda y abandonar el euro. Pero otra lección que nos ha enseñado 2011 es que Estados Unidos tenía y sigue teniendo elección; puede que Washington esté obsesionado con el déficit, pero los mercados financieros están, en todo caso, indicándonos que deberíamos endeudarnos más.

Una vez más, se suponía que esto no debía pasar. Iniciamos 2011 con advertencias funestas sobre una crisis de la deuda al estilo griego que se produciría en cuanto la Reserva Federal dejara de comprar bonos, o las agencias de calificación pusieran fin a nuestra categoría de Triple A, o el superfabuloso comité no consiguiera alcanzar un acuerdo, o algo. Pero la Reserva Federal finalizó su programa de adquisición de bonos en junio; Standard & Poor's rebajó a Estados Unidos en agosto; el supercomité alcanzó un punto muerto en noviembre; y los costes de los préstamos de Estados Unidos no han parado de disminuir. De hecho, a estas alturas, los bonos estadounidenses protegidos de la inflación pagan un interés negativo. Los inversores están dispuestos a pagar a Estados Unidos para que les guarde su dinero.

La conclusión es que 2011 ha sido un año en el que nuestra élite política se obsesionó con los déficits a corto plazo que de hecho no son un problema y, de paso, empeoró el verdadero problema: una economía deprimida y un desempleo masivo.