Monday, September 12, 2011

Avandaro, 40 años

los politicos siguen siendo los mismos. en esa árdea no pasó gran cosa más bien hubo retroceso. las revoluciones políticas fracasaron una tras otra. pero en la cultura, en la percepciones y valores de tod@s, cambio todo al final la revolunción sí triufó y ni modo ganamos
José Woldenberg, cuenta una curiosa anécdota de los "aparatos de inteligencia" del estado a propósito de la encuerada del festival de Avándaro. morbosidad, banalidad, culpa ,autoritarismo, represión mental... en un gobierno que se decía progresista; donde tantos militantes de la izquierda actual trabajaron y roeron su hueso gulp ! perdieron ---- 'La encuerada de Avándaro' José Woldenberg 8 Sep. 11 Fue la República de la Utopía, el Gran Reventón, el Woodstock Mexicano, el Concierto Mítico, Avándaro. El 11 de septiembre de 1971 decenas de miles de jóvenes nos reunimos para oír rock y sentirnos contemporáneos del mundo. Nadie, ni los organizadores siquiera, imaginó lo que el festival sería: una congregación masiva, alivianada, lúdica y libre, que puso de cabeza a la moralina de la época. Fue también el evento que selló la prohibición para celebrar otros conciertos y el detonador de las más rupestres condenas al rock, los jóvenes y la fiesta. A 40 años de aquel auténtico festival intento matar dos pájaros de un tiro: recordar uno de los episodios que marcaron la imagen de Avándaro, y dado que se celebra la VIII Semana Nacional de Transparencia organizada por el IFAI, demostrar la utilidad de la Ley en la materia (ja). Transcribo una gran historia, recuperada por Federico Rubli (Estremécete y rueda, Chapa Ediciones, México, 2007. P 458-468). Tocaba La División del Norte, el público estaba eufórico, "un fuerte alarido atrajo mi atención... (Sobre un tráiler) una chava morena de pelo negro, lacio y largo con una cinta alrededor de la cabeza bailaba rítmicamente, sólo que estaba en pantaletas, pues se había quitado los jeans. Después de un rato se volvió a poner sus pantalones. Siguió bailando... Esporádicamente se alzaba su playera blanca para dejar al descubierto sus senos, sin brassier, desde luego... hasta que decidió despojarse de toda inhibición quitándose su playera de color blanco. Después de un rato, el personal de la organización la retiró del techo del tráiler. No se volvió a saber nada de ella en toda la noche, ni nunca más. "... En los días posteriores, la prensa la bautizó como la 'encuerada de Avándaro'... Las fotos... fueron publicadas extensamente y con todo detalle... como prueba irrefutable de que Avándaro fue un exceso generalizado de sexo y droga... "En el afán por encontrar la identidad de la famosa chava, la revista Piedra Rodante, en su número correspondiente a enero de 1972, publicó una supuesta entrevista con la afamada encuerada... El entrevistador, el periodista roquero ya fallecido, José Luis Benítez El Búnker, la identificó como Alma Rosa González López de 16 años, ex estudiante de secundaria procedente de una familia acomodada de Monterrey. Supuestamente después del Festival abandonó su hogar... La entrevista fue un claro invento... (Así terminaba): "-¿Qué piensa de la virginidad? -Que produce cáncer y que hay que vacunarse cuanto antes. -¿Es verdad que eres muy maciza? -Simón. Por lo general ando bien pastel. -¿Volverías a desnudarte en otro festival? -Nunca habrá otro festival. "... Alma Rosa se perpetuó a lo largo del tiempo, ya que prestigiosos escritores como Carlos Monsiváis y José Agustín reprodujeron en sus obras la supuesta plática. Se convirtió así en un símbolo, mitad realidad y mitad mito... "En 2001 se revivió el tema de que su identidad fue un invento. En el diario La Jornada se publicó un agrio intercambio epistolar entre el conocido crítico de rock Óscar Sarquiz y Manuel Aceves, padre del invento y en ese entonces editor de Piedra Rodante... Sarquiz recriminaba a Aceves la falsedad de la entrevista... "Ahora... y gracias al acceso que tuve para consultar los expedientes de la Dirección Federal de Seguridad al amparo de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública, descubrí la prueba irrefutable que identifica plenamente a la famosa chava. Se trató de Laura Patricia Rodríguez González Alcocer, en ese entonces de 18 años, originaria de Guadalajara, Jal. Ésta, su verdadera identidad, se encuentra asentada en el expediente (D.F.S.)-14-4-17, Legajo 1... con fecha 25 de septiembre de 1971, depositado en la Galería 1 del Archivo General de la Nación...". Nótese, a continuación, la paranoia, eficiencia y pretensión psicoanalítica de la Federal de Seguridad: "La Policía Judicial Federal procedió a la localización y detención de esta mujer quien resultó ser Laura Patricia Rodríguez González Alcocer. Agentes de esta Dirección intervinieron en el interrogatorio con el objeto de saber si existen intereses ideológicos contrarios a nuestro sistema y abocados a degenerar a nuestra juventud...Su padre es propietario de varios negocios de abarrotes y su madre se dedica a quehaceres del hogar... no profesan religión alguna, ya que son apolíticos y únicamente les interesa acumular riqueza (sic)... acostumbraba fumar mariguana...Laura Patricia... es una joven sumida en el vicio de las drogas, gracias al abandono (que) de ella hicieron sus padres. Se desenvuelve en el medio 'hippie' otorgando sexo por droga diariamente en la Zona Rosa... Es una mujer que se está consumiendo en el vicio, a tal grado que ya no coordina sus ideas". Así, gracias a Rubli, a la Ley de Transparencia y a la chifladura paranoide de la Dirección Federal de Seguridad, sabemos la identidad de un icono. Hoy, Laura Patricia, si vive, tendrá 58 años.

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