Thursday, September 28, 2006

Freud, un padre transformado



150 Años del creador del psicoanálisis. Con los cambios sociales han surgido nuevas formas de subjetividad y nuevos sufrimientos, por lo que el psicoanálisis se ha adaptado a las necesidades del hombre contemporáneo

Néstor Braunstein


Ciento cincuenta años han pasado desde el nacimiento de Sigmund Freud y poco más de 100 años del nacimiento del psicoanálisis que él fundó al descubrir algo que, a falta de mejor nombre, llamó el inconsciente. El inconsciente, o lo inconsciente, si se prefiere, es un nuevo objeto de estudio, no conocido y no pensado por los investigadores anteriores a Freud.Invito a reflexionar sobre el objeto de cualquier ciencia, natural o social, tal como era hace 100 años. ¿Podemos decir que ese objeto no ha variado y ha sido inmune a los avances que cada una de esas ciencias, por su progreso mismo, ha producido en él? Debemos coincidir en que ninguna ciencia encuentra y refleja su objeto de estudio, sino que cada una lo produce y hace aparecer nuevos fenómenos que no hubieran tenido lugar sin la actividad creadora de los científicos. Los físicos, los biólogos, los economistas, producen los objetos que estudian y por eso sus actividades son cada vez más complejas, más especializadas. ¿Por qué sucedería de otro modo con el psicoanálisis, ciencia de la subjetividad?Si, en tanto que objeto de conocimiento, el átomo de hace 100 años no es el mismo que el átomo de hoy, si el átomo es histórico y relativo al saber que se tiene de él, ¿cómo no sería histórico el sujeto que vive y muere en un mundo que se transforma vertiginosamente?El sujeto en el que Freud descubre el inconsciente, en el tránsito del siglo 19 al 20, no es el mismo en el que trabajamos los exploradores de ese inconsciente en la actualidad.El sujeto de Freud era el heredero, ya rezagado en su tiempo, de un modo de vida y de producción que estaba centrado en la figura del padre y de las vicisitudes de esa figura: el rey, el Estado, Dios, el pater familias, el Pontífice, el partido.Tal organización de la vida individual y colectiva estaba homogeneizada por un discurso autoritario que llamamos, con Lacan, discurso del amo. Hablamos del año 1900 y sus alrededores.El modelo paternalista entra en crisis por múltiples factores, incluyendo, entre muchos otros, la ideología libertaria inherente a la teoría y a la práctica del psicoanálisis. No hay que decir al sujeto cómo ser sino que hay que dejarlo ser. En los tiempos en que Freud está ya muerto pero su incidencia en la historia del mundo occidental y en el campo del saber humano es más influyente, en los años en que comienza la enseñanza de Lacan, el discurso dominante no es ya el del amo paternalista sino el de la libre empresa que es regulada por el Estado, un Estado que se hace presente en todos los órdenes de la vida individual; el Estado burocrático que incita a la competencia a la vez que le pone reglas. Nuevamente, con Lacan, reconocemos este nuevo discurso como discurso del capitalista. Hablamos del año 1950 y sus alrededores.Las sociedades industriales, como consecuencia del empuje de la producción capitalista, se tecnifican con un velocidad creciente y nada queda en su lugar. Los modos de producción y de consumo, las innovaciones tecnológicas, la anulación del tiempo y el espacio por las comunicaciones que circulan a la velocidad de la luz, la imposición de modos de vida y de modas universales, la globalización, el desarraigo de las poblaciones, la vigilancia y el control de los sujetos al mismo tiempo que la promoción de estilos de vida en los que aparentemente todo está permitido, lleva a la creación de nuevas formas de subjetividad en donde la libertad deja de estar regulada por el Estado y, al contrario, es la empresa la que gobierna al Estado en función de sus intereses corporativos. Es el pasaje del liberalismo proclamado por el discurso del capitalista al neoliberalismo que instaura una nueva modalidad discursiva: el discurso de los mercados. Me refiero al año 2000 y sus alrededores.Mi tesis: el discurso dominante se manifiesta en formas diferentes del sufrimiento subjetivo. En los tiempos del discurso del amo, tiempos de Freud, la "patología" dominante era la psiconeurosis. Histerias, obsesiones y fobias, eran frutos de la organización patriarcal de la familia y de la sociedad. El sufrimiento era un vano grito de protesta contra una cultura que reprimía la satisfacción de las pulsiones, particularmente las sexuales. En 1900 y alrededores.En los tiempos del discurso del capitalista, tiempos de Lacan, el sujeto se organiza alrededor de las consignas de un "yo fuerte" que debe agenciarse los medios de satisfacción y robustecerse por medio del desarrollo físico, de la carrera profesional, del culto de la propia imagen, de la competencia contra otros "yoes", en un mundo regido por el narcisismo en el cual cada uno es el empresario de su propia vida. La "patología" más frecuente es, justamente, la de las estructuras narcisísticas que fracasan en cumplir con sus propias exigencias y están sometidas a frecuentes depresiones. En 1950 y alrededores.Con el discurso de los mercados, el individuo, obediente al amo en el principio, autorregulado después en tiempos del individualismo, es ahora un sujeto dejado a su suerte, un sujeto al que no se le habla para decirle qué se espera de él o cuáles son las normas a las que se tendrá que atener. Un sujeto, por otra parte, que puede decir y hacer lo que quiera en la medida en que su vida transcurre sin que a nadie le importe lo que con él sucede siempre y cuando obedezca a las consignas constantemente renovadas de consumir y botar como desperdicios a esos productos de la industria que son ya obsoletos en el momento en que se les compra.La "patología" más difundida es la de una imprecisión de los límites en todos los terrenos: lo permitido y lo prohibido, lo masculino y lo femenino, etcétera. El discurso psiquiátrico habla en tales casos de "borderlines", casos limítrofes. Los síntomas son los trastornos en la alimentación, el uso de sustancias tóxicas, las adicciones a mecanismos electrónicos de juego, al sexo virtual, a la televisión compulsiva, al trabajo incluso. El sujeto enmudece y se ensordece en medio de los reclamos publicitarios propios de la cultura de las encuestas de opinión en las que todo se cuenta sin que nadie cuente.Estos tres discursos dominantes, correspondientes a tres épocas distintas, no se excluyen recíprocamente. Los dos discursos más antiguos sobreviven en medio de sociedades donde cada vez es más "normal" la obediencia a las consignas impersonales de las computadoras y de las bolsas de valores. Pero el discurso del amo y el discurso del capitalista no han desaparecido y no sólo sobreviven sino que también tienen futuro. El mundo contemporáneo se caracteriza por la competencia entre esas tres modalidades discursivas.Pareciera que en esta elaboración nos hemos olvidado de Freud y del psicoanálisis que estuvieron en el punto de partida. No es así. Siendo el psicoanálisis la ciencia del sujeto -¿qué otra cosa podría ser puesto que no es la ciencia del cerebro ni la de los procesos cognitivos?- no puede existir sino adecuándose a la palabra de cada uno que llega con el psicoanalista a demandar alivio para su propia manera de sufrir y de reaccionar al malestar en la cultura. En nuestros tiempos, como en los de Freud, no hay otra posibilidad que la de abrir los cauces de la palabra y de la escucha en un mundo que, al mismo tiempo, produce al sujeto sufriente y se olvida de él.Néstor Braunstein, psicoanalista y ensayista Corrientes psicoanalíticas Existen en México psicólogos de diversas corrientes.· Ortodoxos: Son los que se apegan a las teorías de Sigmund Freud, médico y neurólogo austriaco, fundador del psicoanálisis.· Lacanianos: Basados en las ideas de Jacques Lacan, quien buscó reorientar el psicoanálisis hacia la obra original de Freud, de cuyo sentido consideraba que el psicoanálisis institucionalizado se había distanciado. Para ello, Lacan reinterpretó y amplió la teoría psicoanalítica desde un enfoque estructuralista.· Jungianos: Seguidores de Carl Gustav Jung, uno de los primeros alumnos de Freud y que creó un movimiento que designó él mismo como psicología analítica.· Kleinianos: Es conocida como "escuela inglesa", que se basa en las enseñanzas de Melanie Klein, provenientes básicamente de sus observaciones del psicoanálisis infantil.· Frommianos: Un grupo de psicoterapeutas alrededor de Erich Fromm, quien estableció su residencia en México para dirigir la escuela de enfoque culturalista. Centro de Información de REFORMA / Recopilación

0 Comments:

Post a Comment

<< Home